Navidad

Cuando un perro se escapa o se pierde

Imagen de Martin Tajmr en Pixabay

Las fiestas navideñas especialmente, y otras fiestas, que hacen uso de la pirotecnia, provoca que muchos animales, principalmente los perros, se asusten, sufriendo de un estrés y ansiedad que les hacen escaparse y perderse con el consiguiente peligro para su vida.

Las autoridades españoles son todas unas irresponsables ya que no ponen freno al uso de petardos ruidosos que no solo hacen daño a los animales, sino también a las personas.

Aquí algunos consejos si tu perro se escapa o se pierde después de asustarse con los petardos:

CUANDO UN PERRO SE PIERDE O SE ESCAPA , sale de su rutina, la mayoría de ellos entran en un estado de bloqueo que dura unos 3 días, por lo que debemos pensar que cuando están en este estado, es muy difícil que puedan encontrar el camino de volver a casa, ni siquiera aunque los llamamos y nos escuchen, puede que no nos reconozcan ni respondan a su nombre. En el mismo momento de perderse, es recomendable que una persona con la que tenga vínculo se quede por la zona donde se ha visto por última vez el máximo de tiempo que se pueda, ya que muchas veces vuelven a lugar. No deis vueltas, ya que sino esparcen su olor y no se podrán encontrar.

Si no aparece, es importantísimo crear una ZONA DE OLORES familiares en la zona donde se ha perdido. Si el perro se ha desorientadolejos de casa, esta zona el deberá habilitar para la zona donde se haya perdido. Si se ha extraviado cerca de casa, puedes poner un punto de olores por la zona donde se ha perdido, y otro punto de olores cerca de casa (es posible que intente volver a casa). Si vives en una planta baja, deja la puerta del jardín abierta por si quiere entrar. En estos puntos de olor debéis poner: comida (pienso) y latita y agua, además, esparcid caldo por la zona cercana al punto de la comida (así el suelo se impregnará de olor buena, pero ninguno otro animal se lo podrá comer). Es vital que recortéis las sábanas donde hayáis dormido los últimos días, o ropa con tu olor, y los pongas por la zona cerca del punto de comida / olor, atada en árboles o farolas. El olfato lo tienen muy desarrollado, y no lo pierden a pesar de estar bloqueados.

No es recomendable que haya gente gritando su nombre, organicen batidas con mucha gente, quads, coches … Ellos necesitan que la zona sea tranquila para salir y dejarse ver. De hecho, intentarán buscar una zona tranquila, sin amenazas, y con acceso de agua y comida. Su objetivo es ENCONTRAR PISTAS para saber por qué zona se está moviendo. ¿Cómo lo hará? Haga un CARTEL con la foto, datos del animal y teléfonos de contacto (mínimo 2 teléfonos) para difundirlo por las redes sociales e imprimir y colgar carteles por la zona donde se ha perdido y municipios vecinos. Empapelar la zona de forma exagerada, con carteles a color, y varios carteles (2 o 3 por ubicación) ya que la mayoría de personas no se fijan con este tipo de carteles. Se pueden colgar carteles en comercios concurridos, a paradas de bus, farolas, contenedores… También a grupos y páginas de Facebook relacionadas con animales. Puede buscar en el buscador de personas / páginas de Facebook (icono de «lupa») páginas de Facebook que tengan como ubicación el lugar donde se haya perdido el animal, y copiar el link del cartel para amplificar la difusión (por ejemplo, si un animal se pierde en Igualada, ponemos al buscador de Facebook: «Igualada» y nos aparecerán páginas de radio y periódicos locales, grupos excursionistas, peluquerías caninas, veterinarios … donde podremos enviar el link del cartel.

Además debe avisar a las autoridades locales: policía, Ayuntamiento del municipio donde se ha perdido, y municipios vecinos. Hazte pesado, repite llamadas mañana / tarde y noche para asegurar que tu mensaje llega a todos los turnos. Pregunta al Ayuntamiento del municipio donde se ha perdido, así como de los municipios vecinos, con qué protectora o empresa privada tienen el convenio de recogida de animales perdidos. Una vez que tengas el nombre, pasa el cartel del animal perdido a estas PROTECTORAS o EMPRESAS PRIVADAS. Avisa también a los veterinarios. Si tu animal lleva chip, avisar al registro de animales AIAC / ANICOM (chips puestos en Cataluña) para que conste que está perdido y que se está buscando.

Por último, pregunta a los Ayuntamientos con qué empresas de mantenimiento de carretera trabajan, en caso de que el animal haya sido atropellado.

** IMPORTANTE ** Si tu animal es asustadizo, especifica en el CARTEL que no se persiga. Si la gente lo intenta coger, se sentirá incómodo e irá cambiando de zona. Que os digan únicamente la ubicación. Si has podido localizar su animal, pero no lo puedes coger porque hace pocos días que lo teníais, o porque está en estado de shock, refuerza su rutina de alimentación diaria, afianzando la zona por donde se mueva con muchos olores positivas y puntos de comida, y contacta con gente especializada que tiene jaulas trampa de activación automática para que te ayuden a coger el animal (ejemplo, ARIA o LOCALIZANIA). Si tu animal va cambiando de zona porque se encuentra incómodo, es importante que fijes nuevos puntos de OLORES y empapar la zona nueva en cuestión.

La navidad de antes.

Ferrandiz.

Las noches se hacían frías y húmedas. Las rejas de la ventana goteaban agua, aunque no hubiera llovido. Alfonsito pegaba la nariz al cristal helado y entornaba los ojos para mirar entre las rendijas de las persianas. Todo estaba blanco, cubierto de rocío. La cercanía del mar siempre impedía la nieve.

Después de oler a café negro, tostadas con aceite de oliva y sardinas arenque, salía a las afueras de la casa. Blanco. Las telarañas entre la hierba formaban figuras geométricas espectaculares con las gotitas minúsculas del rocío, como si fueran collares de perlas. Sentía que estaba vivo. Me fascinaba ver cómo el aire caliente de mis pulmones se condensaba en el frío de la mañana. Humo. Yo echaba humo como un dragón.

Volvía a entrar en casa. Aquella mañana era especial. Aunque faltaba una noche para la Nochebuena, ya tenía mis regalos de Reyes, escondidos en secreto para que los vecinos no los vieran. Solo podía sacarlos el 6 de enero, pero yo ya los tenía.

Uno de ellos eran unos prismáticos de verdad, no de plástico como los de los Hermanos Perea. Olían al silicato que traían para no humedecerse, y mi madre y yo nos escondíamos detrás de la ventana para ver a mi padre llegar desde lejos. En aquellos días, soñaba con inventar algo parecido a lo que hoy conocemos como la webcam. Mi idea era tender un hilo entre dos vasos de yogur para hablar con mi padre y verlo con los prismáticos. Pero necesitaba varias personas que mantuvieran tenso el hilo durante la conversación, y nadie se ofrecía.

El otro regalo era un libro: Guía del firmamento, las estrellas y los planetas. Era precioso, pero no entendía mucho. Solo los mapas de las pastas me fascinaban. Por las noches, salía al patio, bien abrigado, y a escondidas comenzaba a escudriñar el cielo con los prismáticos. Mis padres me acercaron al cielo gracias a la óptica.

La Nochebuena era un evento familiar. Mi tía y mi abuela llegaban, y la casa olía a pestiños. Mientras tanto, yo me quedaba embobado viendo Heidi en blanco y negro en la tele. La cena era sencilla pero especial: huevos duros con mayonesa, un pimiento morrón y una anchoa. Me encantaba el colorido patriótico del plato. Puede parecer una tontería, pero para mí era un manjar. Aún hoy, cada vez que lo preparo, recuerdo a mi madre y las cosas que le gustaban. De esa manera, tengo muchas Nochebuenas al año.

Esa noche dormía mal, en una cama mueble, no en la mía. Pero al estar más cerca del suelo, Mipe, mi perro, se subía a mis pies y dormía conmigo.

Al día siguiente ya era Navidad. No había Papá Noel; somos andaluces, aquí mandan los Reyes Magos, digan lo que digan. Salía a la calle a jugar, a cambiar tebeos de Mortadelo y Filemón con mi vecino, a corretear, a jugar al trompo y a leer mis pequeños libros de la editorial Bruguera bajo el sol.

Hoy, cuando recuerdo aquellos días, me doy cuenta de que he crecido. He ganado mucho, pero también he perdido. Me gusta la Navidad. Soy cristiano y tengo claro lo que representa: el nacimiento de Jesús, el libertador, que cada año trae luz a la humanidad, crece y nos regala las Bienaventuranzas, para hacernos a todos iguales y traernos el Reino. Por eso me entristece el montaje comercial que han hecho de la Navidad.

Me duele esta época, no por su significado, sino por los días que faltan, por las ausencias. Lo siento, pero no puedo ser completamente feliz. ¿Qué es la Navidad sin mi abuela? ¿Sin mi madre? He pasado dos Navidades recientes en hospitales. Sin embargo, allí te das cuenta de que, a pesar de todo, la gente intenta ser feliz. Incluso con la enfermedad, se sonríe. Los adultos enfermos se ilusionan y hasta lloran cuando llegan los Reyes Magos. Recuerdo cómo a mi hermana le regalaron una radio, y cómo el hospital ofrecía comidas especiales y una cestita con polvorones y dulces. El Servicio Andaluz de Salud se porta muy bien en esos momentos.

En fin, haré de tripas corazón y sacaré una sonrisa desde lo más profundo de mi alma, algo en lo que me he vuelto experto, para vivir la Navidad lo mejor posible. Qué remedio. O te subes al tren, o te quedas abajo.

Gracias a quienes me leen pacientemente. Que paséis una Nochebuena maravillosa.

La navidad de antes. Alfonso. 24 de diciembre de 2008.

Nota: 22 de diciembre de 2024. A mi hermana le quedaban dos meses de vida, a mi padre no se lo había llevado la COVID y mi tía Pepi vivía aún. Pero a pesar de todo, en 2024, sigue siendo navidad y tendremos, tendréis, una Nochebuena maravillosa.

Ferrandiz

María dio el grito que abrió las puertas del mundo.
Era verano. La conjunción brillaba sobre el cielo.
En el establo, nació Enmanuel.
Nació rey.
Pudo haber nacido en palacio.
Pero ya sabemos lo que le ocurren a las gentes que viven en palacio.
El nació en el establo y nació rey.
Nació para crecer. Para hacerse niño.
Para perderse en el templo.
Para encontrar en el río a aquél que saltó en el vientre de su madre.
Para recorrer las aldeas buscando a sus amigos.
Para hacer feliz a mamá en una boda.
Para en la montaña, anunciar que otro mundo es posible.
Para multiplicar pan y peces.
Para a latigazos, poner orden en la Iglesia de entonces.
Para contarnos cuentos de justicia social.
Para enseñarnos a compartir mientras cenamos.
Para enseñarnos a hablar con el Padre Nuestro de todos y de todas.
Para tener miedo como nosotros.
Para morir como nosotros.
Y para resucitar como nosotros.
María parió al rey.
Era verano. Y aún hoy, si no míralo por las tardes,
la conjunción,
Venus y Júpiter,
sigue brillando en el cielo.

Ferrandiz