De Kremlin.ru, CC BY 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=70906985
Nos ha cogido distraídos. Estábamos en otra cosa. O quizá simplemente no lo sabíamos. Puede que sea eso: que a estas alturas ya no sepamos ni quiénes somos. Europa. La Unión Europea. ¿Quiénes somos?
Mientras perdemos el tiempo indignándonos con bulos en redes sociales, mientras hemos dejado atrás varias generaciones que no conocen la historia de Europa y de España, mientras pasamos las horas viendo películas en plataformas de streaming o partidos de fútbol, mientras nos distraen tantas cosas… Donald Trump ha vuelto a ser presidente de Estados Unidos. Y con su regreso, ha lanzado una amenaza directa a Europa: aranceles, presión económica y una peligrosa amistad con el enemigo número uno del continente, Vladimir Putin.
Nos ha pillado mirando a la luna de Valencia, ajenos incluso a los afectados por la DANA. Estamos tan ocupados que no nos damos cuenta de que estamos en manos de Estados Unidos. Como país, como continente y como individuos. Nuestros correos electrónicos, nuestras fotos, nuestros gustos, nuestras necesidades, nuestro dinero, nuestras penas y alegrías, nuestras familias, nuestra religión, nuestra afinidad política, nuestra educación… TODO está bajo su control.
Y ahora parece que nos pueden declarar la guerra. Una guerra contra una Europa sin ejército propio, pero con bases del posible enemigo en su propio suelo. Ahí está la base de Rota, por ejemplo. Una Europa que no preparó a sus nuevas generaciones para la guerra, que quedó tan marcada por la Segunda Guerra Mundial que decidió no volver a hablar de ella. Ni siquiera recordarla. Pero la amenaza ha vuelto.
Y lo peor es que Trump tiene aliados. La ultraderecha europea le apoya, actuando como caballos de Troya dentro de la Unión Europea. No son patriotas. Son traidores a nuestras patrias si se alinean con quien nos amenaza.
Nos ha cogido distraídos.
¿Se imaginan que Hitler hubiera tenido la información que hoy tienen Trump y las grandes corporaciones norteamericanas sobre nosotros?
Da miedo. Pero solo lo sentimos quienes hemos vivido, quienes hemos escuchado a nuestros padres, madres y abuelos/as, o quienes estudiamos historia en el colegio. El resto de las generaciones seguirá en lo de siempre: en Instagram, en sus estudios y en la eterna adolescencia de vivir con cuarenta años en casa de sus padres, empezando a descubrir que esta sociedad les ha olvidado. También víctimas del olvido.
Lo hemos olvidado todo.
Ojalá me equivoque, pero este olvido, esta distracción, nos va a salir muy cara.
Hijo del pintor Jacob Grimmer. Aparece citado por Giorgio Vasari y por Karel van Mander. Especialista en paisaje, entró como maestro en la Guilda de San Lucas. En ocasiones sus paisajes muestran escenas de campo con temas religiosos y en otras los motivos se enmarcan en ciclos de representaciones de los meses o las estaciones del año. Sus composiciones son copiadas de estampas de Adriaen Collaert sobre diseños de Hans Bol y también de estampas de Pieter van Heyven sobre diseños de Pieter Brueghel el Viejo.
Jesús comenzó a enseñar de nuevo a orillas del mar. Una gran multitud se reunió junto a él, de manera que debió subir a una barca dentro del mar, y sentarse en ella. Mientras tanto, la multitud estaba en la orilla.
Él les enseñaba muchas cosas por medio de parábolas, y esto era lo que les enseñaba:»¡Escuchen! El sembrador salió a sembrar. Mientras sembraba, parte de la semilla cayó al borde del camino, y vinieron los pájaros y se la comieron. Otra parte cayó en terreno rocoso, donde no tenía mucha tierra, y brotó en seguida porque la tierra era poco profunda; pero cuando salió el sol, se quemó y, por falta de raíz, se secó. Otra cayó entre las espinas; estas crecieron, la sofocaron, y no dio fruto. Otros granos cayeron en buena tierra y dieron fruto: fueron creciendo y desarrollándose, y rindieron ya el treinta, ya el sesenta, ya el ciento por uno».
Y decía: «¡El que tenga oídos para oír, que oiga!».
Cuando se quedó solo, los que estaban alrededor de él junto con los Doce, le preguntaban por el sentido de las parábolas. Y Jesús les decía: «A ustedes se les ha confiado el misterio del Reino de Dios; en cambio, para los de afuera, todo es parábola, a fin de que miren y no vean, oigan y no entiendan, no sea que se conviertan y alcancen el perdón».Jesús les dijo: «¿No entienden esta parábola? ¿Cómo comprenderán entonces todas las demás?
El sembrador siembra la Palabra.Los que están al borde del camino, son aquellos en quienes se siembra la Palabra; pero, apenas la escuchan, viene Satanás y se lleva la semilla sembrada en ellos.
Igualmente, los que reciben la semilla en terreno rocoso son los que, al escuchar la Palabra, la acogen en seguida con alegría;pero no tienen raíces, sino que son inconstantes y, en cuanto sobreviene la tribulación o la persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumben.
Hay otros que reciben la semilla entre espinas: son los que han escuchado la Palabra, pero las preocupaciones del mundo, la seducción de las riquezas y los demás deseos penetran en ellos y ahogan la Palabra, y esta resulta infructuosa. Y los que reciben la semilla en tierra buena, son los que escuchan la Palabra, la aceptan y dan fruto al treinta, al sesenta y al ciento por uno».
Muchas veces ponen en mi boca palabras que no son mías. Dicen que yo odio a los curas. No. Yo no odio a los curas. Me dan asco los curas con sotana. Los que no llevan sotana, suelen ser buenas personas que hacen un trabajo encomiable, en silencio. Yo tenía 18 años. El cura con sotana me obligaba a confesarme cada quince días. En una habitación. Sentado en una silla pegado a mí. Nada de confesionario. Su boca pegada a mi oreja, a punto de chuparla. Su aliente fétido a tabaco. Su colonia antigua que aún rechazo. Sus preguntas sobre la masturbación. Su empeño en el que le contara detalles. Que si por delante. Que si por detrás. Entonces no me daba cuenta porque estaba atemorizado durante la situación y yo me creía un elegido por Dios para estar ahí, en esa habitación y pensaba que aquello tenía que ser así.
Este año cumplo 60. Tardé mucho en darme cuenta de que ese cura con sotana lo que hacía, en vez de confesarme, era utilizarme como un juguete sexual que le contara relatos eróticos para luego soñarlos durante su pecado solitario mientras ahí me castiga por no respetar la sagrada pureza. ¿Entienden por qué yo no odio a los curas? Sólo me dan asco los curas con sotana.
Me decía un joven gay, de unos veinte años, que no se identificaba con la comunidad LGBT+. Que no tenía nada que ver con quienes asistían a las manifestaciones del Orgullo. Que su vida sexual era privada y no tenía por qué compartirla con nadie.
—Por supuesto, tienes derecho a sentirlo así —le respondí—, pero ¿no te das cuenta de algo? Los derechos de los que disfrutas hoy, esos que sientes como algo natural, no cayeron del cielo. Antes que tú, mucha gente en España —no hace tanto tiempo— literalmente entregó su vida. Hubo quienes enfrentaron la pena de muerte, años de cárcel o el rechazo absoluto de la sociedad, todo para que tú pudieras vivir con esos derechos.
Especialmente, deberías estar agradecido a la comunidad transexual, que fue la primera en salir a las calles, arriesgando todo, incluso enfrentando violencia brutal, para abrir el camino que hoy te parece tan seguro.
Este chico parecía ajeno a todo eso… hasta ahora. Hoy está perplejo al enterarse de que, tras el triunfo de figuras como Donald Trump o Elon Musk, META —la empresa de Facebook, Instagram y WhatsApp, dirigida por Mark Zuckerberg— permitirá en sus plataformas que se nos llame «enfermos». Incluso se podrá hacer propaganda de las infames «terapias de conversión» que pretenden «curarnos».
Ahora ha comprendido una dura verdad: los derechos no son eternos. Lo que se conquista con años de lucha puede perderse en un instante, en el tiempo que le lleva a un político fascista cambiar una ley. Y cuando eso ocurre, te quedas sin nada.
Querido chico, aprenderás como lo hicimos todos: a fuerza de sangre, sudor y lágrimas. Muchas lágrimas. Los que venimos de la guerra sabemos lo que se avecina. Nos cansa, es cierto, pero tenemos experiencia. Además, somos mayores; tenemos menos que perder que tú, que tienes toda una vida por delante, una vida que creías segura y que ahora se tambalea.
Pero no te preocupes. Siempre habrá alguien que luche por ti, incluso si tú decides no mover un dedo, incluso si no te sientes parte de la comunidad. Siempre habrá quienes peleen para que puedas ser feliz.
Y usted, querido lector o lectora, que no es de la comunidad LGTBIQA+, tome nota. Seguro que algún derecho suyo también está a punto de desaparecer.
Los derechos no eran para siempre. Alfonso Saborido. 2025. Se puede difundir diciendo la autoría de la publicación.
Las fiestas navideñas especialmente, y otras fiestas, que hacen uso de la pirotecnia, provoca que muchos animales, principalmente los perros, se asusten, sufriendo de un estrés y ansiedad que les hacen escaparse y perderse con el consiguiente peligro para su vida.
Las autoridades españoles son todas unas irresponsables ya que no ponen freno al uso de petardos ruidosos que no solo hacen daño a los animales, sino también a las personas.
Aquí algunos consejos si tu perro se escapa o se pierde después de asustarse con los petardos:
CUANDO UN PERRO SE PIERDE O SE ESCAPA , sale de su rutina, la mayoría de ellos entran en un estado de bloqueo que dura unos 3 días, por lo que debemos pensar que cuando están en este estado, es muy difícil que puedan encontrar el camino de volver a casa, ni siquiera aunque los llamamos y nos escuchen, puede que no nos reconozcan ni respondan a su nombre. En el mismo momento de perderse, es recomendable que una persona con la que tenga vínculo se quede por la zona donde se ha visto por última vez el máximo de tiempo que se pueda, ya que muchas veces vuelven a lugar. No deis vueltas, ya que sino esparcen su olor y no se podrán encontrar.
Si no aparece, es importantísimo crear una ZONA DE OLORES familiares en la zona donde se ha perdido. Si el perro se ha desorientadolejos de casa, esta zona el deberá habilitar para la zona donde se haya perdido. Si se ha extraviado cerca de casa, puedes poner un punto de olores por la zona donde se ha perdido, y otro punto de olores cerca de casa (es posible que intente volver a casa). Si vives en una planta baja, deja la puerta del jardín abierta por si quiere entrar. En estos puntos de olor debéis poner: comida (pienso) y latita y agua, además, esparcid caldo por la zona cercana al punto de la comida (así el suelo se impregnará de olor buena, pero ninguno otro animal se lo podrá comer). Es vital que recortéis las sábanas donde hayáis dormido los últimos días, o ropa con tu olor, y los pongas por la zona cerca del punto de comida / olor, atada en árboles o farolas. El olfato lo tienen muy desarrollado, y no lo pierden a pesar de estar bloqueados.
No es recomendable que haya gente gritando su nombre, organicen batidas con mucha gente, quads, coches … Ellos necesitan que la zona sea tranquila para salir y dejarse ver. De hecho, intentarán buscar una zona tranquila, sin amenazas, y con acceso de agua y comida. Su objetivo es ENCONTRAR PISTAS para saber por qué zona se está moviendo. ¿Cómo lo hará? Haga un CARTEL con la foto, datos del animal y teléfonos de contacto (mínimo 2 teléfonos) para difundirlo por las redes sociales e imprimir y colgar carteles por la zona donde se ha perdido y municipios vecinos. Empapelar la zona de forma exagerada, con carteles a color, y varios carteles (2 o 3 por ubicación) ya que la mayoría de personas no se fijan con este tipo de carteles. Se pueden colgar carteles en comercios concurridos, a paradas de bus, farolas, contenedores… También a grupos y páginas de Facebook relacionadas con animales. Puede buscar en el buscador de personas / páginas de Facebook (icono de «lupa») páginas de Facebook que tengan como ubicación el lugar donde se haya perdido el animal, y copiar el link del cartel para amplificar la difusión (por ejemplo, si un animal se pierde en Igualada, ponemos al buscador de Facebook: «Igualada» y nos aparecerán páginas de radio y periódicos locales, grupos excursionistas, peluquerías caninas, veterinarios … donde podremos enviar el link del cartel.
Además debe avisar a las autoridades locales: policía, Ayuntamiento del municipio donde se ha perdido, y municipios vecinos. Hazte pesado, repite llamadas mañana / tarde y noche para asegurar que tu mensaje llega a todos los turnos. Pregunta al Ayuntamiento del municipio donde se ha perdido, así como de los municipios vecinos, con qué protectora o empresa privada tienen el convenio de recogida de animales perdidos. Una vez que tengas el nombre, pasa el cartel del animal perdido a estas PROTECTORAS o EMPRESAS PRIVADAS. Avisa también a los veterinarios. Si tu animal lleva chip, avisar al registro de animales AIAC / ANICOM (chips puestos en Cataluña) para que conste que está perdido y que se está buscando.
Por último, pregunta a los Ayuntamientos con qué empresas de mantenimiento de carretera trabajan, en caso de que el animal haya sido atropellado.
** IMPORTANTE ** Si tu animal es asustadizo, especifica en el CARTEL que no se persiga. Si la gente lo intenta coger, se sentirá incómodo e irá cambiando de zona. Que os digan únicamente la ubicación. Si has podido localizar su animal, pero no lo puedes coger porque hace pocos días que lo teníais, o porque está en estado de shock, refuerza su rutina de alimentación diaria, afianzando la zona por donde se mueva con muchos olores positivas y puntos de comida, y contacta con gente especializada que tiene jaulas trampa de activación automática para que te ayuden a coger el animal (ejemplo, ARIA o LOCALIZANIA). Si tu animal va cambiando de zona porque se encuentra incómodo, es importante que fijes nuevos puntos de OLORES y empapar la zona nueva en cuestión.
Las noches se hacían frías y húmedas. Las rejas de la ventana goteaban agua, aunque no hubiera llovido. Alfonsito pegaba la nariz al cristal helado y entornaba los ojos para mirar entre las rendijas de las persianas. Todo estaba blanco, cubierto de rocío. La cercanía del mar siempre impedía la nieve.
Después de oler a café negro, tostadas con aceite de oliva y sardinas arenque, salía a las afueras de la casa. Blanco. Las telarañas entre la hierba formaban figuras geométricas espectaculares con las gotitas minúsculas del rocío, como si fueran collares de perlas. Sentía que estaba vivo. Me fascinaba ver cómo el aire caliente de mis pulmones se condensaba en el frío de la mañana. Humo. Yo echaba humo como un dragón.
Volvía a entrar en casa. Aquella mañana era especial. Aunque faltaba una noche para la Nochebuena, ya tenía mis regalos de Reyes, escondidos en secreto para que los vecinos no los vieran. Solo podía sacarlos el 6 de enero, pero yo ya los tenía.
Uno de ellos eran unos prismáticos de verdad, no de plástico como los de los Hermanos Perea. Olían al silicato que traían para no humedecerse, y mi madre y yo nos escondíamos detrás de la ventana para ver a mi padre llegar desde lejos. En aquellos días, soñaba con inventar algo parecido a lo que hoy conocemos como la webcam. Mi idea era tender un hilo entre dos vasos de yogur para hablar con mi padre y verlo con los prismáticos. Pero necesitaba varias personas que mantuvieran tenso el hilo durante la conversación, y nadie se ofrecía.
El otro regalo era un libro: Guía del firmamento, las estrellas y los planetas. Era precioso, pero no entendía mucho. Solo los mapas de las pastas me fascinaban. Por las noches, salía al patio, bien abrigado, y a escondidas comenzaba a escudriñar el cielo con los prismáticos. Mis padres me acercaron al cielo gracias a la óptica.
La Nochebuena era un evento familiar. Mi tía y mi abuela llegaban, y la casa olía a pestiños. Mientras tanto, yo me quedaba embobado viendo Heidi en blanco y negro en la tele. La cena era sencilla pero especial: huevos duros con mayonesa, un pimiento morrón y una anchoa. Me encantaba el colorido patriótico del plato. Puede parecer una tontería, pero para mí era un manjar. Aún hoy, cada vez que lo preparo, recuerdo a mi madre y las cosas que le gustaban. De esa manera, tengo muchas Nochebuenas al año.
Esa noche dormía mal, en una cama mueble, no en la mía. Pero al estar más cerca del suelo, Mipe, mi perro, se subía a mis pies y dormía conmigo.
Al día siguiente ya era Navidad. No había Papá Noel; somos andaluces, aquí mandan los Reyes Magos, digan lo que digan. Salía a la calle a jugar, a cambiar tebeos de Mortadelo y Filemón con mi vecino, a corretear, a jugar al trompo y a leer mis pequeños libros de la editorial Bruguera bajo el sol.
Hoy, cuando recuerdo aquellos días, me doy cuenta de que he crecido. He ganado mucho, pero también he perdido. Me gusta la Navidad. Soy cristiano y tengo claro lo que representa: el nacimiento de Jesús, el libertador, que cada año trae luz a la humanidad, crece y nos regala las Bienaventuranzas, para hacernos a todos iguales y traernos el Reino. Por eso me entristece el montaje comercial que han hecho de la Navidad.
Me duele esta época, no por su significado, sino por los días que faltan, por las ausencias. Lo siento, pero no puedo ser completamente feliz. ¿Qué es la Navidad sin mi abuela? ¿Sin mi madre? He pasado dos Navidades recientes en hospitales. Sin embargo, allí te das cuenta de que, a pesar de todo, la gente intenta ser feliz. Incluso con la enfermedad, se sonríe. Los adultos enfermos se ilusionan y hasta lloran cuando llegan los Reyes Magos. Recuerdo cómo a mi hermana le regalaron una radio, y cómo el hospital ofrecía comidas especiales y una cestita con polvorones y dulces. El Servicio Andaluz de Salud se porta muy bien en esos momentos.
En fin, haré de tripas corazón y sacaré una sonrisa desde lo más profundo de mi alma, algo en lo que me he vuelto experto, para vivir la Navidad lo mejor posible. Qué remedio. O te subes al tren, o te quedas abajo.
Gracias a quienes me leen pacientemente. Que paséis una Nochebuena maravillosa.
La navidad de antes. Alfonso. 24 de diciembre de 2008.
Nota: 22 de diciembre de 2024. A mi hermana le quedaban dos meses de vida, a mi padre no se lo había llevado la COVID y mi tía Pepi vivía aún. Pero a pesar de todo, en 2024, sigue siendo navidad y tendremos, tendréis, una Nochebuena maravillosa.
Ferrandiz
María dio el grito que abrió las puertas del mundo. Era verano. La conjunción brillaba sobre el cielo. En el establo, nació Enmanuel. Nació rey. Pudo haber nacido en palacio. Pero ya sabemos lo que le ocurren a las gentes que viven en palacio. El nació en el establo y nació rey. Nació para crecer. Para hacerse niño. Para perderse en el templo. Para encontrar en el río a aquél que saltó en el vientre de su madre. Para recorrer las aldeas buscando a sus amigos. Para hacer feliz a mamá en una boda. Para en la montaña, anunciar que otro mundo es posible. Para multiplicar pan y peces. Para a latigazos, poner orden en la Iglesia de entonces. Para contarnos cuentos de justicia social. Para enseñarnos a compartir mientras cenamos. Para enseñarnos a hablar con el Padre Nuestro de todos y de todas. Para tener miedo como nosotros. Para morir como nosotros. Y para resucitar como nosotros. María parió al rey. Era verano. Y aún hoy, si no míralo por las tardes, la conjunción,Venus y Júpiter, sigue brillando en el cielo.
Vilma Iris Peraza, 28, a migrant from Honduras, with her two children Adriana, 5, and Erick, 2, after being deported to Mexico on Thursday. Photographs by Daniel Berehulak Published March 19, 2021 nytimes.com
Cuando se marcharon, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: —Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y quédate allí hasta que yo te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo. Él se levantó, tomó de noche al niño y a su madre y huyó a Egipto. Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que dijo el Señor por medio del Profeta: De Egipto llamé a mi hijo. Entonces, Herodes, al ver que los Magos le habían engañado, se irritó mucho y mandó matar a todos los niños que había en Belén y toda su comarca, de dos años para abajo, con arreglo al tiempo que cuidadosamente había averiguado de los Magos. Se cumplió entonces lo dicho por medio del profeta Jeremías:
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